EUROPA
PRESS
28
septiembre 2016
Investigadores del Diakonessen Hospital
de Utrecht (Países Bajos) han visto que los pacientes que recurren a los
tatuajes para disimular los injertos de piel o cicatrices faciales son más
felices con su apariencia y tienen una mayor calidad de vida, según un estudio
publicado en la revista 'JAMA Facial Plastic Surgery'.
El uso
de tatuajes para intentar cubrir piel dañada no es nuevo y, de hecho, hay médicos
que recurren a la dermatografía e intentan adaptar las diferencias en la
coloración de la piel al dibujo elegido por el paciente.
"Las
anomalías causadas por una cicatriz y un injerto de piel puede dar lugar a
problemas físicos, psicológicos y sociales, sobre todo en áreas más visibles
como la cara", ha reconocido Rick van de Langenberg, uno de los autores del estudio.
En el
trabajo incluyeron a 76 pacientes a los que se aplicó un tatuaje para cubrir
cicatrices e injertos de piel en la cabeza y el cuello tras haber sido tratados
de un cáncer en esa zona del cuerpo. La mayoría eran mujeres, y tenían entre 19
y 86 años.
Muchos
de los participantes tenían cáncer de piel o melanoma, aunque también había
otros con tumores orales, de tiroides y otros también malignos.
En el
estudio tuvieron que valorar qué les parecía su cicatriz o injerto, con una
escala de diez puntos en la que 0 era 'muy fea' y un 10 'muy bonita', algo que
posteriormente tuvieron que volver a calificar con el tatuaje. Así, vieron como
en general la puntuación media pasó de 4 a 7,8 puntos.
Además,
los investigadores también pidieron a los pacientes que evaluaran su nivel de
preocupación por si la cicatriz o el injerto podían influir en su calidad de
vida. En este caso la escala iba entre 1, que significaba 'nada' y 5 que era
'mucho o con preocupación'.
Una
limitación del estudio es que sólo se incluyó a pacientes que decidieron
hacerse tatuajes, que en teoría estarían más preocupados por su aspecto físico
y cómo influiría en su calidad de vida, según reconocen los autores.
Aún
así, añaden, los resultados se suman a una creciente evidencia de que la mejor
apariencia de la piel con cicatrices puede afectar profundamente en la calidad
de vida de los pacientes, ha añadido Jill Waibel, del Dermatology and Laser Institute
de Miami (Estados Unidos), que no participó en el estudio.
"Las
cicatrices son un recordatorio para un paciente de un momento negativo de su
vida, como un accidente, una operación, un incendio o una herida de
guerra", admite este experto, que recuerda que los tatuajes médicos ya
están más generalizados tras una reconstrucción mamaria en mujeres con cáncer
de mama.